El Proyecto Masaya nació tras un verano de voluntariado en Tondo, Filipinas, donde fuimos testigos cada día de escenas desgarradoras en las calles de este barrio. Durante uno de esos días de calor sofocante, Lucy, una de las fundadoras de este proyecto, escribió en un viejo cuaderno que siempre la acompañaba:

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"¿Y cuándo vuelva a España, qué? ¿Continúo con mi vida sin más?".

 

Ya en España y todavía sin podernos creer lo que habíamos vivido y lo diferente que era nuestra realidad de la de los habitantes de Tondo​. Impulsada por esta frase que se quedó grabada no solo en su cuaderno sino también en su memoria, Lucy nos contagió a Coro, Luis y Rodri  la maravillosa idea de fundar el PROYECTO MASAYA.

Esta iniciativa se convirtió en nuestra respuesta a la llamada de ayudar y transformar las vidas de la población de Tondo a través de la educación, una llamada a no quedarse de brazos cruzados ante las adversidades.
 

Masaya nació de algo pequeño, pero con un propósito enorme. Empezamos organizando pequeños eventos y contando con el apoyo de nuestros primeros donantes: familiares y amigos que creyeron en nuestra visión. Nuestro primer proyecto fue el subvencionamiento de niños para acceder a la educación, pero pronto nos dimos cuenta de que, si queríamos seguir creciendo y ayudando a más niños, necesitábamos apoyo. Fue entonces cuando Maca y Nacho se unieron a la misión, impulsando el proyecto aún más.

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Consolidamos Masaya legalmente y comenzamos a expandir nuestro impacto. Hoy, seguimos creciendo con el objetivo de cerrar 2025 con cinco proyectos sólidos que transformen vidas. Sin nuestros donantes, esto no habría sido posible. Pero la realidad es que, aunque hemos avanzado, apenas estamos en el 2% de donde queremos llegar. La escala del cambio que buscamos es enorme y necesitamos tu ayuda para seguir construyendo oportunidades.

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Esto es solo el comienzo.​

Juntos, podemos construir un futuro más brillante para todos.